martes, 14 de abril de 2020

Los romances (5º de Primaria)

¡Buenos días, chic@s!
¿Qué tal estáis? Espero que muy bien 😉
Hoy vamos a aprender qué es un romance. Para ello, vamos a trabajar con el Romance del Conde Flores.
LOS ROMANCES
Los romances son poemas de origen popular y anónimo que los juglares de la Edad Media solían recitar o cantar de pueblo en pueblo con un acompañamiento instrumental.
El amor, las aventuras y las guerras eran los temas más tratados en los romances.
Se han conservado hasta hoy gracias a la tradición oral, es decir, cantándolos.

Juglar cantando un romance

Romance Conde Flores

Grandes guerras se publican
 entre España y Portugal
y al conde Flores le llevan 
de capitán general.

La condesa, que lo supo, 
no dejaba de llorar:
- Decidme, por Dios, buen Conde, 
cuánto tiempo faltará.

- Condesa, no cuentes días; 
por años hay que contar.
Si a los siete años no vuelvo,
 condesa, te casarás.

 
Pasan siete, pasan ocho, 
pero el Conde no vendrá
y llorando la condesa, 
pasa así su soledad.

Estando en su estancia un día, 
su padre la vino a hablar:
- Cartas del Conde no llegan,
 hija, te debes casar.

- No lo querrá el Dios del cielo, 
ni la Santa Trinidad;
mientras mi marido viva, 
no me puedo desposar.

 
Dadme licencia, mi padre, 
para al Conde ir a buscar.
- Mi licencia tienes, hija; 
cúmplase tu voluntad.

Se quita el rico vestido, 
se pone un tosco sayal,
coge un bastón en su mano 
y se va a peregrinar.

Anduvo de villa en villa 
y de ciudad en ciudad,
anduvo tierras y tierras, 
no pudo al Conde encontrar.

 
Estando desesperada, 
ya pensaba en regresar,
cuando gran rebaño, un día, 
halló en un ancho pinar.

- Pastorcito, pastorcito, 
por la Santa Trinidad,
que me niegues la mentira 
y me digas la verdad.

¿De quién es este rebaño, 
con tanto hierro y señal?
- Del Conde Flores, romera, 
que hoy está para casar.

¿En dónde vive ese Conde? 
¿En dónde le podré hallar?
- En aquel alto palacio,
 en aquel palacio real.

 
Ha llegado hasta la puerta,
 y al Conde se fue a encontrar.
- Dadme limosna, buen Conde,
 por Dios o por caridad.

Metió la mano en su bolsa, 
un real de plata le da.
- ¡Qué corta limosna es ésta, 
para la que solía dar!

- ¿De dónde es la peregrina? 
¿De qué tierra y qué ciudad?
- De la ciudad de Sevilla 
y de España natural.

 
- Diga, diga la romera, 
qué se cuenta por allá.
- Que el Conde Flores no ha vuelto 
y su mujer le ha ido a buscar.

- ¿Quién eres tú, peregrina, 
que tantas señas me das?
- ¿No me conoces, buen Conde?. 
Pues mira y conocerás

El anillo que me diste 
el día de desposar.
Al oir estas palabras, 
cae desmayado hacia atrás.

 
Ni con agua ni con vino 
se le puede levantar
si no es con dulces palabras 
que la romera le da.

Arriba llora la novia 
en un alto ventanal:
- Malhaya la romerita, 
quién la trajo para acá.

- No la maldiga ninguno
 que es mi mujer natural;
con ella vuelvo a mi tierra; 
con Dios, señores, quedad
que los amores primeros
 son muy malos de olvidar.

Romance del Conde Flores

Después de escuchar y cantar el romance, vais a inventaros una última estrofa que copiaréis en vuestro cuaderno de Música.
¡Hasta la próxima semana! 👋

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